martes, 25 de marzo de 2014

Carrera, dorsal, sudor, alegría. 25.3.14

Peso: Desde el 10 de marzo no oso acercarme a la báscula; supongo que ya estaré en el 75, ya que la tripa empieza a parecer tripita. Empiezo a sentirme buenorra, buenorra.

El domingo 16 de marzo se celebraba en Madrid una carrera de 5 km organizada por la asociación FEDER, Federación Española de Enfermedades Raras.

Pues allí estaba yo, caminando con mallas por debajo de la rodilla, calcetines amarillos, zapatillas rojas y camiseta morada. Los runners tienen una moda, y un concepto sobre los colores, un tanto diferente al resto de los mortales.

Lo primero fue calentar, que no lo he entendido muy bien nunca; consiste en cansarse antes de empezar, muy lógico. Así que empecé a obedecer a mi marido:
- Él: Bracea, bracea con los hombros. No, no hagas el trenecito, es como si boxearas con el saco.
- Yo: (Pero ¿qué dice éste?) Bueno, yo creo que ya he calentado ¿no? Quiero ir al baño.
- Él: ¿Ahora?
- Yo: Hay baños portátiles ¿no?
- Él: Pero hay mucha cola, no da tiempo. Hazlo en un árbol.
- Yo: ¿?????? Ya me aguanto.
- Él: Pero, métete en el bosque.
- Yo: ¿?????? Pero, ¿en qué bosque? Si está todo lleno de gente.
- Él: ¡Qué se va a asustar el bosque de verte!
- Yo: Pero ¿tú eres t...?
- Él: Haz lo que te de la gana.
- Yo: Lo que me de la gana, no ¿O me bajo los pantalones aquí? No, si la tonta voy a ser yo.

Así que allí estaba yo en la salida, haciéndome pipí y un tanto intranquila. La música, los cuerpos atléticos a mi alrededor... pero me empecé a fijar y veía unos traseros considerables, muy considerables, excesivos incluso. Aquello me animó.
¡Pum! (pistoletazo de salida)

Más que correr, trotaba, pero lo importante para mí era no andar ni un solo metro. No hacía mucho calor, pero se sudaba. Durante el calentamiento sentía las piernas como vacías, sin energías, pero durante la carrera las noté potentes. Me sentía esbelta, recta, alta... ¡divina!

Mi marido no me dejó ni un segundo, es un sol y tiene un cuerpazo.... ¡cómo le quiero! Mi familia estuvo en varios puntos del recorrido animándome; me sentí muy querida.

A los 4,5 km empecé a volver a escuchar la música, tenía que ir preparando el esprint. Empecé a bracear más, a alargar la zancada, a ir más deprisa, a..... ¡volaaaar!

¡Qué bonito!

Hablando de otra cosa, ayer me llamaron del centro donde me practicaron el reconocimiento médico laboral. Me informaban de que mis análisis de sangre estaban bien, pero que tenía el IMC alto ¿???????? ¡Ah, qué estoy gorda!
- Bien, bien (dije yo).
- Que estamos formando grupos de terapia para superar la obesidad.
- Pues no sé qué decir.
- Hablaremos de nutrición, actividad física y sobre la ansiedad, la depresión y los atracones.
- Bueno, pues apúnteme.

Cuando estén formados los grupos nos llamarán; ya se verá. Me estoy visualizando: "Soy María y tengo el IMC alto" Puede que me ayude, seguro que sí.

Muchos besos.



lunes, 10 de marzo de 2014

Menopausia y adelgazar 10.3.14

76.2 Kg

No sé qué pensar ante la avalancha de felicitaciones de cómo me estoy quedando. La báscula es la única que no se congratula de mi nueva estampa. No lo entiendo. De todas formas es que hay gente muy exagerada, bien es verdad que hace tiempo que no me ven, pero de ahí a decirme que me estoy quedando "chupada"... ¡Hombre, qué no son ni cinco kilos desde el verano! No digo yo que al estar haciendo deporte no se note más, pero vamos, qué sólo es una talla menos de ropa la que uso ahora.

De todas formas, me hace ilusión... mucha ilusión. Y me enorgullece mirarme al espejo y verme más "buenorra".

La semana pasada fui al reconocimiento médico de la empresa y la doctora, gordita ella, me preguntó si tenía algún síntoma de menopausia. - "Pues sí", le dije yo. - "¿No consigues adelgazar?", me preguntó. - "Bueno, llevo unos cinco kilos." - "Ya, pero los pierdes durante la semana y los coges el finde, ¿no?" (cara de haba). - "Cuando llega la menopausia es muy difícil adelgazar, y es más, se engorda y no se puede hacer nada, es dificilísimo."

Menos mal que conseguí abstraerme.

Hace unos días anduvimos una buena tirada, 44 km. Sólo pensábamos andar 36 km, pero nos perdimos. ¿Dónde? Al lado de una autovía, dándole la vuelta a una finca vallada con muria de piedra. Parece difícil, pero fueron 8 km de clavo. De clavos en los pies, quiero decir. Por si alguien tuviera interés en ver la ruta, se trataba de rodear la finca de "Soto de Viñuelas", Tres Cantos, Madrid, España. ¿Cómo se puede uno perder siguiendo una pared de piedra? Sólo sé que de repente, los aviones de la T4 del aeropuerto de Barajas despegaban delante de nosotros, en lugar de hacerlo a nuestras espaldas.

Pero fue muy positivo, me superé a mí misma y eso siempre es de agradecer.

Estos últimos días estoy saliendo a correr bastante... bueno, correr 8 minutos y andar 5; correr 10 minutos y andar 6... esas cosas. El domingo 16 de marzo tengo mi primera carrera, 5 km. Servirá para ver hasta qué punto me rinde el entrenamiento. Hace dos días conseguí correr 20 minutos seguidos y creo que aún podría haber seguido unos minutos más. Ayer domingo practicamos caco durante hora y media, 10 km; corrí algo más de la mitad.

En fin, el jueves que viene (que es el día en que me peso) espero ver el 5. Habrá que esforzarse.

Fotografía: blog.smartsalu.com