lunes, 2 de septiembre de 2013

La primera piedra en el camino. 2.09.13

Pues llegó el primer escollo. El sábado por la mañana pesaba 79.2 kg. Pero el domingo he amanecido pesando 79.8 kg. Ya lo sé, ya lo sé, nos lo han dicho decenas de veces: no hay que pesarse todos los días, basta con hacerlo una vez a la semana. Pero eso lo hacen los que no están obesos, aquellos a los que sólo les sobran 4 ó 5 kilos. Nosotros no sólo nos pesamos una vez al día, sino dos o tres veces, las que se tercien o, por el contrario, no nos pesamos nunca para no ver lo que no queremos ver.

Bueno, la cuestión es que ayer iba todo de maravilla. El desayuno, el almuerzo, un largo paseo por la mañana, una comida, yo creo que magnífica: pollo hervido en tomates con una cucharada de aceite de oliva, pan, yogurt griego y un café; y de merienda dos piezas de fruta. Pero... ta chan, ta chan, ta chan.... estabamos invitados a un cumpleaños.

Qué desmadre gastronómico: 2 costillas de cerdo en una salsa industrial; chopitos fritos, a saber en qué aceite, con mahonesa industrial; sepia con la misma mahonesa de antes y patatas fritas en el aceite de los chopitos. El pan del muy blanquito, del que tiene dos kilos de sal. Y de beber dos cervezas... por llamarle algo a aquel líquido. Y claro, después hay que tomarse una copa: 2 copas de ginebra con Coca-cola aderezadas con kikos, ganchitos, helados y nubes (marshmallows). Y, por supuesto, me acosté tres horas después de lo habitual.

Ayyyyyyyyyyyyyyyy!

El domingo bebí mucha agua, tomé frutas, volví al pollo hervido en tomate y di un par de paseos, porque deporte, lo que se dice deporte no tenía cuerpo para practicarlo. Pensaba montar un par de horas en bicicleta o andar 10 ó 12 kilómetros, pero los desaguisados son así, te fastidian el día... y el siguiente e incluso el de más allá. Pero no contenta con esta situación salimos por la tarde a pasear. "Quiero cenar en casa", le dije a mi marido. Pero, las persona obesas lo somos por algo. Nuestro ocio incluye el comer. "¿Qué hacemos hoy?" Eso significa "¿A dónde vamos a ir hoy a comer"? Fueron dos Gulden Draak (cerveza belga), 3 alitas de pollo al estilo irlandés y un helado.

Y hoy lunes, ¿qué peso hoy? 80.3 kg. ¡Qué bien!Lo mismo que cuando empecé el miércoles pasado. Esfuerzo e ilusión tirados al cubo de la basura. Siempre es la misma historia, durante la semana me esfuerzo en no estar sola en casa, en comer, y sobre todo cenar, de manera saludable y, cuando llega el fin de semana... ¿Sólo porque cené mal dos noches? Pues, sí; sólo por eso.

Pero esta vez tengo un arma secreta, tengo este blog, y lo voy a conseguir.

Hasta mañana.





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