jueves, 29 de agosto de 2013

Hoy empiezo a caminar. 29.08.13

Inicio este diario con el objetivo de compartir las alegrías que un viaje hacia la talla 36 dicen que le produce a una mujer... o a un hombre, pero desconozco la talla que les hace felices a ellos.

Ya he intentado recorrer este camino demasiadas veces, supongo que como muchos de los que a lo mejor me lean; casi siempre ha sido duro e infructuoso.

En una ocasión conseguí adelgazar 10 kilos, peso que no he recuperado (bieeen). Tardé un año entero, pero aprendí e interioricé lo que los médicos nos dicen siempre: "has de cambiar los hábitos"

¿Por qué no continué adelgazando? Porque el hábito no hace al monje. Fue una gran alegría ir viendo cómo los pantalones y blusas volvían a entrar, pero las personas no cambiamos de la noche a la mañana, ni de un año a otro. De hecho somos obesas por algo.

"Pues, come menos; pues no comas dulces; con que te quites del pan; es que tienes que moverte un poco" ¡Qué podría contar que no hayamos oído! Si yo hiciera esas y otras cosas con naturalidad no me sobrarían 20 ó 25 kilos (no sé cuántos tengo que quitarme realmente para la 36).

Creo, y lo creo firmemente, que voy a tener tentaciones de abandonar, momentos en que la báscula se atasque en una cifra, momentos en que parezca estropeada. Tengo 46 años, no tengo azúcar, ni colesterol (eso me dijeron hace año y medio, veremos ahora), pero pronto empezaré a tenerlo, las rodillas ya me duelen mucho, la espalda también y me han diagnosticado osteopenia. Se lo debo a mi marido, se lo debo a las personas que me quiere; el mejor regalo es la salud. No tenemos hijos, nadie que nos cuide, para nadie debo ser una carga. La enfermedad puede llegar en cualquier momento, pero no la voy a llamar a gritos.

Esta vez, venceré.

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